Columna del ingeniero civil electrónico Marcos Crutchik Norambuena
Investigador del Centro de Desarrollo Energético Antofagasta de la Universidad de Antofagasta
En los últimos días fueron informados a la opinión pública los resultados de la licitación destinada a garantizar el suministro de energía eléctrica para los usuarios domiciliarios (clientes regulados) por los próximos 15 años. Una primera mirada de los resultados parece indicar que se consiguieron muy buenos precios, de hasta 13.9 US$/MWh o 23.9 US$/MWh, dependiente del tramo de licitación. Esto viene acompañado de la información respecto a que, en principio, la licitación sería adjudicada mayoritariamente por plantas solares fotovoltaicas y plantas eólicas, que al ser ERNC, contribuyen a limpiar de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) la matriz eléctrica.
Sin embargo, surge la pregunta sobre la seguridad en el suministro las 24 horas del día, considerando que los sistemas fotovoltaicos y los eólicos son de funcionamiento variable. A modo de ejemplo, el 28 de julio de 2021, la capacidad eólica que operaba en la red eléctrica era de 1823 MW, y 3 días; después, por disminución de los vientos, esta capacidad bajó a 102 MW, lo cual le restó al sistema 1721 MW. Para resolver este problema y, ante la escasez ya crónica de la oferta hidroeléctrica, hubo que recurrir al uso de gas y petróleo. De hecho, durante este periodo el sistema eléctrico operó con precios de la energía que promediaron los 160 US$/MWh, muy por encima de los 60 US$/MWh habituales en los últimos meses.
Otra arista de preocupación se abre en relación con las otras fuentes ERNC, como la geotermia y las solares de concentración, que a pesar de ser energías limpias, tener precios atractivos (Cerro Dominador participó en la licitación con una oferta de 33.9 US$/MWh) y asegurar suministro las 24 horas, tienen menos opciones por ser un poco más caras. Lo que preocupa, en este caso, es el mensaje negativo que esta situación entrega a los inversores, y que pudiera desincentivar la inversión en este tipo de tecnología en el futuro. Un sistema eléctrico que opera mayoritariamente en base a la generación fotovoltaica o eólica, aunque éstas sean más baratas, cíclicamente podría estar sometido a periodos de estrés o falta de certeza en el suministro, en los cuales necesariamente se tendría que operar con gas y/o petróleo, o incluso, en un escenario más crítico, a tener que establecer algún mecanismo de racionamiento temporal.
Como conclusión, claramente, considerar solo el precio como criterio de selección de la oferta en las licitaciones de electricidad no es suficiente por sí mismo, pues podría llevar a un camino equivocado del desarrollo eléctrico del país. Resulta necesario, y conveniente, agregar a este proceso otros criterios, como la seguridad del suministro, o la necesidad de entregar los incentivos correctos para el desarrollo de otras tecnologías ERNC, como la geotermia, la solar de concentración y el desarrollo de los biocombustibles.