Desde la pandemia, el teletrabajo se ha instaurado en la vida de trabajadores y empresarios trayendo tanto desafíos como beneficios. Muchas personas -especialmente las que realizan labores de cuidado y crianza- dependen hoy de esta modalidad, que en un inicio se implementó como una medida de emergencia, para garantizar su calidad de vida. ¿Cuál es el porvenir del trabajo telemático en esta nueva etapa, ahora que la alerta sanitaria terminó?
Por Fabiola Fuhrop León
En 2020, en plena pandemia de COVID-19, se estableció la Ley transitoria de Trabajo a distancia y Teletrabajo, que reguló esta modalidad en los sectores público y privado, en tanto continuara la alerta sanitaria en Chile. Se trataba de un caso excepcional y urgente, por lo que se adoptó a pesar de la incertidumbre que generaba. Hoy, sin embargo, los resultados demuestran que lejos de causar pérdidas o dificultades entre los empleadores, trabajar de manera remota conlleva beneficios para ambas partes.
«En algunos casos nosotros vimos bastante mejora en la eficiencia. Se aumentaba mucho, veíamos que a la gente le quedaba tiempo para sus cosas al ya no sacrificarlo en traslado, o en una reunión por Zoom que podría haber tenido en la casa. Así que creo que todavía nos queda por aprender como empresas, pero el ánimo sí se encuentra hoy en los empresarios», comenta Cristian Montero, socio fundador de Adactiva.
Al no tener que desperdiciar horas en desplazarse hacia sus lugares de trabajo y otras tareas, las personas pudieron compatibilizar mejor sus responsabilidades familiares con las laborales, según el contador auditor. En este contexto, surgió después la preocupación sobre qué pasaría una vez que la alerta sanitaria terminara (como finalmente ocurrió). Así lo demuestran también los datos de la organización sin fines de lucro «Yo quiero estar», que indican que – para poder cuidar a su familia- un 49% de las personas utiliza licencias médicas, un 47,9% toma días administrativos y un 42% ocupa su periodo de vacaciones.
De esta necesidad nació la idea de regular el trabajo telemático y, en 2024, entró en vigencia la nueva Ley de Conciliación de la Vida Personal, Familiar y Laboral; que establece el derecho al teletrabajo siempre que la clase de labores a desempeñar lo permita. La legislación busca beneficiar a quienes tengan el cuidado personal de menores de 14 años o de personas que presenten alguna discapacidad o grado de dependencia.
El empleador tiene la obligación de ofrecer la alternativa de trabajo remoto que ambas partes deben acordar cómo implementar. Esta norma, que aunque no es universal, complementará la «Ley de las 40 horas» que reduce la jornada laboral, comenzando por fijarla en 44 horas, a partir de este año.
Igualdad de condiciones
La flexibilidad de esta nueva forma de trabajo hace posible también la incorporación de más mujeres al mercado laboral. Además, dado que la ley considera a ambos progenitores, la responsabilidad de cuidar no recaerá solo en la madre. Aun así, surge la pregunta: ¿Es posible que algunas empresas eviten contratar mujeres para no tener que otorgar el beneficio del teletrabajo? «Creo que las nuevas generaciones lo tienen más claro que nosotros», afirma el contador auditor Cristian Montero.
Para algunos empresarios, contratar personas que trabajen presencialmente sería inviable debido a su ubicación, una posibilidad que va en estrecha relación con las opiniones de los potenciales trabajadores, puesto que, según la encuesta «Radiografía de trabajo remunerado y familia» de la organización civil Yo quiero Estar, un 78,8% viviría en otra región si estuviese en sus manos la opción del trabajo remoto.
Moreno, que ve con buenos ojos el avance de la modalidad de trabajo telemático en Chile, considera que es una gran oportunidad para obtener nuevos talentos:
«Una de las cosas que se amplía para los empresarios, emprendedores y pymes es la red de profesionales disponibles. Hoy día es poder buscar al mejor profesional que yo pueda encontrar y no empezar a descartarlos porque no puede venir presencial».
En la misma línea, Cristian Moreno complementa esta opinión señalando que muchos emprendedores cayeron en cuenta de que ni siquiera requerían de oficinas físicas para funcionar, lo que va en beneficio del ahorro de recursos. Esto puede ser especialmente útil para pequeñas empresas o pymes que cuentan con presupuesto ajustado para infraestructura.
Desafíos pendientes
¿Cuáles son los principales desafíos? Dejando aparte el hecho de que no todos los trabajos pueden llevarse a la modalidad remota debido a su naturaleza, adaptarse a trabajar a distancia implica un cambio cultural que todavía genera cierta desconfianza en algunas personas.
Existe aún el temor entre los empresarios a que la productividad disminuya al no observar de cerca el desempeño de los trabajadores. Sin embargo, de acuerdo a las características de la nueva ley, que lo considera como responsabilidad de ambas partes, en caso de que el empleado no cumpliera con sus obligaciones, podría ser sancionado y perder el beneficio.
No obstante, adaptar las formas de trabajo hacia el cumplimiento de objetivos en lugar de realizar cierta cantidad de horas es una oportunidad que han tomado especialmente quienes se desenvuelven en el mundo de la informática. Pero, también en otros rubros.
«El otro día me tocó hablar con una clienta, a las 3 o 4 de la tarde, y se escuchaba mal. Entonces me dijo: ‘sí, lo que pasa es que acabo de mandar una información para una reunión y ahora me voy a surfear'», relata el Cristian Montero, socio fundador de Adactiva.