Relocalización de especies y cuidado de la biodiversidad

MundoIngenieros

Por José Neira Román, académico de la Escuela de Ingeniería en Recursos Naturales de la Universidad Católica del Maule

Chile cuenta con 127 ecosistemas terrestres agrupados en 17 formaciones vegetacionales. Los ecosistemas acuáticos continentales son representados por ríos, lagos y humedales, además, el país posee una amplia franja marina que permite la existencia de diversos ecosistemas marinos y costeros. Esto, le confiere a nuestro país una flora y fauna diversa que se encuentra bajo constante presión socio-económica a causa de actividades como la minería y la agricultura, las que impactan en la calidad ambiental del territorio, dificultando la preservación y restauración de los ecosistemas y, en consecuencia, la protección de la biodiversidad.

mundo ingenierosEl cuidado de la biodiversidad no es solo una tarea del estado, sino también de la ciudadanía. A nivel estatal la “Estrategia Nacional de Biodiversidad 2017-2030”, el “Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas” y el “Sistema Nacional de Áreas Protegidas”, cumplen un rol fundamental en la protección de la biodiversidad. A nivel ciudadano, aún faltan instancias para la educación de la ciudadanía en la protección y conservación de la biodiversidad, como también el que nos encantemos de la flora y fauna que poseemos. No obstante, la idea de esta columna es abordar una práctica que ha sido ampliamente utilizada por distintas empresas que someten proyectos al sistema de evaluación ambiental y se encuentran con especies que presentan problemas de conservación: la relocalización de las especies.

Si bien es una técnica ampliamente utilizada, la relocalización de especies es cuestionada por diversos motivos, entre ellos, problemas administrativos, técnicos y de logística, que en resumidas cuentas se vinculan al desconocimiento total o parcial de las características de la especie y al no contar con implementos adecuados para las faenas de captura y relocalización, no se trata adecuadamente a los individuos, pues se desconocen sus hábitos.

Hipotéticamente hablando, si moviéramos a los elefantes de su especie desconociendo el hecho de que los elefantes utilizan su memoria para conocer los puntos donde se pueden alimentar o beber agua (y que además esta información es transmitida entre las generaciones), ¿es posible que puedan sobrevivir si desconocen los puntos donde podrán alimentarse o beber? Sinceramente, desconocemos las consecuencias de esta acción, pero sí podemos decir que complejizaremos su sobrevivencia. Sin embargo, esto no es igual para todas las especies.

Por lo tanto, queda el cuestionamiento de si es una medida adecuada por parte de las empresas. ¿Busca asegurar el cumplimiento de la normativa ambiental y de las exigencias del Sistema de Evaluación Ambiental o se debe analizar caso a caso? No podemos asumir que esta práctica habitual es la solución a todos lo problemas ambientales, porque más que asegurar la conservación de la especie, estamos complejizando la sobrevivencia de especies que -en muchos casos- presentan problemas de conservación y que, potencialmente, podríamos estar asegurando su extinción.