El norte de Chile es reconocido por sus cielos diáfanos que facilitan la observación de estrellas y planetas. Pero también el sur tiene potencial, según el astrónomo del momento: José Maza.
En astronomía, el desierto de Atacama habla por si sólo. Al menos la mitad de los observatorios del mundo están ubicados en el norte de Chile, un lugar que para el Premio Nacional de Ciencias Exactas, José Maza, es único. “ALMA es un radio telescopio con 66 antenas que es único en el mundo. Desde allí, se observó un agujero negro”, comenta el científico, sobre la una operación que involucró a varios países y telescopios.
Invitado a la inauguración de las actividades académicas de la Facultad de Comunicaciones y Artes de Universidad de Las Américas, el doctor con mención en Astrofísica de la Universidad de Toronto, adelantó parte del contenido de su libro “Eclipses”, pero también se dio tiempo para conversar sobre astroturismo. “En julio, hace un frío terrible en San Pedro de Atacama, pero el cielo que uno ve es como para caerse de espaldas, cualquiera se maravilla. Los turistas que vistan San Pedro en la noche disfrutan de un cielo excepcional”, dice José Maza.
Muchas personas viajan desde Europa al último rincón de América para poder ver la Cruz del Sur, que no puede observarse desde el viejo continente. Pero no sólo el norte tiene potencial para ello. El astrónomo y divulgador científico, que hace clases en la Universidad de Chile, afirma que en Pucón las autoridades municipales y académicas están viendo la forma de poner un observatorio turístico. “Pucón, a pesar de no tener el cielo privilegiado del norte chilleno tiene una cantidad de turistas enorme. Para un turista mirar el cielo desde el sur del país podría ser toda una experiencia y durante el año se podría usar para enseñarle a los niños y a las comunidades, estimulándolos a través de las observaciones astronómicas”, señala José Maza.
Qué visitar
Los aficionados a la astronomía necesitan cielos sin contaminación lumínica para la observación y los cielos del norte ofrecen un escenario óptimo. “El fenómeno natural es la subsidencia atmosférica, un descenso de aire frio desde la parte superior de la troposfera que genera el Anticiclón Semipermanente del Pacífico Sur Oriental, una gran masa de aire estable que debido a tener un peso mayor al aire circundante inhibe el ingreso de nubosidad al norte chileno gran parte del año.”, explica el académico de la Escuela de Ingeniería en Gestión Turística de la UTEM, Juan Cantillana.
Cielos transparentes, con escasa humedad y, por lo tanto, con menor interferencia atmosférica dan como resultado una limpiaventana al cielo. En este aspecto, Cantillana, recuerda que buena parte de la provincia de Elqui y una sección de las provincias de Huasco y de Limarí permitirán ver en plenitud el próximo eclipse solar, que esperamos para el próximo 2 de julio. Entonces, la Luna cubrirá la cara del Sol, convirtiendo el día en noche en un espacio de unos 150 kilómetros de ancho.
El académico de la UTEM, recomienda visitar, al menos, los observatorios astronómicos turísticos de la región de Coquimbo, famosos por sus instalaciones, equipamiento y ubicación, tales como Mamalluca, en las cercanías de Vicuña; o Collowara en Andacollo. “A mayor altitud, por lo tanto, con menos filtración atmosférica, Cruz del Sur, en Combarbalá, que al estar situado en sectores con menor humedad facilita la transparencia y la nitidez en la observación. En este último, también se realizan observaciones solares durante el día, utilizando telescopios con filtros adecuados al efecto”, detalla Cantillana.
Desafíos para Chile
Según el autor del libro “Marte: la próxima frontera”, José Maza, los chilenos debemos asumir que la ciencia es sinónimo de desarrollo. “Eduardo Frei Montalva cuando decía que la palanca era el cobre estaba equivocado, la palanca es la inteligencia de todos los chilenos y la inversión en ciencia y tecnología”, afirma.
Finlandia, Israel y Corea del Sur invierten el 4% del PIB en investigación, mientras Chile apenas desembolsa un 0,4%. De esta manera, según el Premio Nacional de Ciencias Exactas, no tenemos ninguna posibilidad de desarrollarnos. “No vamos a progresar vendiendo cobre o litio, sino cuando sepamos pensar. Cuando todos invirtamos para que la siguiente generación sea mejor que la nuestra, estaremos en la dirección correcta, pero como sociedad, en Chile, no ha sido el predicamento. El mensaje subyacente ha sido yo educo a mis hijos, pero no me importan los otros. Hay que educar al 100% de los niños del país, desde Visviri hasta Porvenir y Tierra del Fuego”, dice José Maza.