Ingenieros y físicos del Instituto Milenio de Investigación en Óptica (MIRO) encabezaron la investigación publicada en la revista científica del Institute of Electrical and Electronics Engineer (IEEE Access).
Una pupila artificial capaz de ver secuencias de información equivalentes a décadas, en segundos o minutos, es la mejor forma de describir el hallazgo de un microcircuito capaz de visualizar información a altas velocidades, que podría ser capaz de recibir hasta 2 gigabytes en tan solo un segundo. «600 millones de veces más veloz que un parpadeo», asegura Jaime Cariñe, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Católica de la Santísima Concepción e investigador MIRO.
El microcircuito en el que trabajó el equipo -conocido como «Matriz de compuertas lógicas programables en campo”- es de muy bajo costo, pero muy poderoso ya que es capaz de visualizar una coincidencia entre dos fotones en un lapso temporal comparable con un parpadeo casi igual a la velocidad de la luz, según el investigador Jaime Cariñe.
De esta manera, es posible procesar señales eléctricas en tiempo real y a muy alta velocidad, tal como indica el divulgador científico del Centro de Excelencia en Astrofísica, Robbie Barrera. “Considerando la rapidez con la que un ojo humano es capaz de distinguir una imagen de otra. La sensibilidad de esta creación es tan impresionante que si una persona viera la trilogía del Señor de los Anillos – en su versión extendida (que dura más de 11 horas) podrías verla más de 5 mil veces en tan solo un segundo, y no tendrías ninguna pérdida”, señala.
Algunas posibles aplicaciones de este descubrimiento estarían en el campo de las tecnologías cuánticas empleadas para asegurar la privacidad de las comunicaciones y la generación de aleatoriedad. “Los resultados muestran que nuestro país posee la capacidad de diseñar instrumentación científica avanzada usando tecnología de punta”, dice Miguel Figueróa, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Concepción.
El circuito nació cuando Cariñe cursaba su Doctorado en el Departamento de Ingeniería eléctrica de la UDEC y tras mucho tiempo de trabajo colaborativo y multidisciplinario, derivó en un diseño avanzado en lenguaje de hardware, modelación matemática para calibrar el instrumento y un sofisticado diseño óptico para evaluar la funcionalidad del circuito en evaluación de entrelazamiento cuántico.